Al mirar el firmamento, he observo algo muy inusual: ver una estrella (entre las muchas que cubren el vasto universo), que esta apartada de las demás; yo no puedo dejar de contemplar su esplendor, porque a la vista es la más hermosa entre sus hermanas. – “Y que hermosa es” –. Me ha cautivado, y me ha dejo sin aliento.
Deseo poder alcanzarla y tomarla para mí, pero algo impide que me acerque a ella y es la inmensa distancia que hay entre ella y yo. Una distancia que solo el cielo puede unir.
Un gran dolor ahoga mi corazón, la impotencia adormece mi paciencia y la tristeza sucumbe mi ser, al saber que no puedo alcanzarla.
– ¡Quiero estar a tu lado, mi linda estrella; a tu lado yo quiero estar y poder contemplar tu hermosura, mi bella estrella! –, aclamo mientras la miro desplazarse lentamente de un lado a otro.
Cuando la observo puedo sentir que ella también desea verme y que también desea que me le acerque y le hable, si supiera que yo también deseo lo mismo.
– ¿Hasta cuando soportare verla solo de lejos?, ¿hasta cuando…? –, pregunto al cielo y solo obtengo por respuesta silencio.
Tenerla es lo que quiero, cuidarla es lo que deseo y amarla es mi anhelo; solo al cielo le pido que me permita llegar a ella y pueda contemplar su belleza, hasta quedar sin aliento.
Deseo poder alcanzarla y tomarla para mí, pero algo impide que me acerque a ella y es la inmensa distancia que hay entre ella y yo. Una distancia que solo el cielo puede unir.
Un gran dolor ahoga mi corazón, la impotencia adormece mi paciencia y la tristeza sucumbe mi ser, al saber que no puedo alcanzarla.
– ¡Quiero estar a tu lado, mi linda estrella; a tu lado yo quiero estar y poder contemplar tu hermosura, mi bella estrella! –, aclamo mientras la miro desplazarse lentamente de un lado a otro.
Cuando la observo puedo sentir que ella también desea verme y que también desea que me le acerque y le hable, si supiera que yo también deseo lo mismo.
– ¿Hasta cuando soportare verla solo de lejos?, ¿hasta cuando…? –, pregunto al cielo y solo obtengo por respuesta silencio.
Tenerla es lo que quiero, cuidarla es lo que deseo y amarla es mi anhelo; solo al cielo le pido que me permita llegar a ella y pueda contemplar su belleza, hasta quedar sin aliento.
Autor :
Miguel Garcia
Miguel Garcia
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